Diabetes Felina
Junto con el hipertiroidismo es de las enfermedades más frecuentes en gatos. Tenemos dos presentaciones principales, no complicada y complicada, los hallazgos clínicos así como las pruebas diagnósticas nos permitirán incluir nuestros pacientes en un grupo o el otro. Las diabetes se pueden clasificar como insulinodependiente o no insulinodependientes, en este segundo grupo se pueden optar por tratamientos más sencillos como dietas, ejercicio e hipoglucemiantes orales.
Signos clínicos:
En los gatos con diabetes no complicada, los signos clinico más relevantes son la poliuria/polidipsia (orina más/bebe más) y la pérdida de peso; junto con un aspecto desmejorado, atrofia muscular (a las fases iniciales sé posible encontrar pacientes obesos, hecho que complicará el tratamiento y facilitara la aparición otras enfermedades).
Si el cuadro avanza y se complica pueden observar: deshidratación, depresión, debilidad, taquipnea, vómitos y aliento con un fuerte olor a acetona. En algunos casos, si la acidosis metabólica sigue avanzando, podemos ver una respiración lenta y profunda llamada respiración de Kussmaul. Podemos ver alteraciones de la posición de las extremidades posteriores, plantígradismo así como una marcha alterada debido a la neuropatía diabética.
Diagnóstico laboratorio:
1- Hemograma; solemos encontrar hemoconcentración (valor de los glóbulos rojos elevado debido a la deshidratación) y leucocitosis (glóbulos blancos elevados) neutrofílica, con neutrófilos tóxicos si tenemos una pancreatitis o una infección.
2- Bioquímica; el primer valor a tener en cuenta es la hiperglucemia, que aparece en todos los casos, pero que a diferencia de los perros puede estar elevada por otros factores o enfermedades (estrés, acromegalia, tratamientos con cortisona, …).
Valores hepáticos también pueden aumentar como consecuencia de un grado variable de lipídosis hepática.
Generalmente en los gatos con una diabetes no complicada los parámetros renales suelen ser normal cosa que cambia en los pacientes con cetoacidosis diabética en los cuales la azotemia prerrenal suele ser frecuente.
Es relativamente frecuente la hiperlipemia (por hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia) debido a la carencia de insulina y otras enzimas relacionadas y se ve agraviado por la obesidad y el elevado consumo calórico.
Es importante conocer los niveles de electrólitos (La, K y P), puesto que la poliuria puede favorecer la pérdida.
3- Urianálisis: es una prueba de gran valor en el diagnóstico y seguimiento de la diabetes, puesto que permite confirmar o descartar en el caso de los gatos si la hiperglucemia se puede deber al estrés (en este caso no hay glucosa en orina) y valorar la presencia de cuerpos.
También se puede encontrar: sangre, leucocitos, bacterias, proteínas; asociadas a infecciones del trato urinario, las cuales son relativamente frecuentes tanto a la fase inicial de la enfermedad como en los pacientes en tratamiento.
4- Fructosamina; nos permiten evaluar los niveles de glucosa de las últimas 1-3 semanas, conociendo así si estos valores ya se encontraban elevados entonces y poder descartar factores tales como el estrés.
Tratamiento:
El tratamiento está dirigido a aportar los niveles de insulina para normalizar el metabolismo, equilibrar las necesidades electrolíticas, corregir la acidosis, identificar los factores desencadenantes de la enfermedad actual y aportar el sustrato de hidratos de carbono necesarios en función del tratamiento con insulina.
Desde la dieta a la insulina al control ambiental, nuestros pacientes se pueden mover entre los diferentes estadios de la enfermedad siendo pues, necesario un correcto seguimiento de los parámetros que hemos explica antes.
Existen diferentes tipos de insulina así como diferentes vías de administración, los pacientes condicionarán la elección de estas; de corta duración, de larga duración, administración subcutánea, intramuscular o intravenosa.
En algunos casos puede ser necesario el ingreso hospitalario para conseguir unos valores de glucosa y una estabilización.
Complicaciones:
La falta de control de la glucosa puede hacer que los niveles estén más altos o más bajos, haciendo que puedan reaparecer los signos clínicos, estados de coma, problemas respiratorios, renales, … Que en algunos casos pueden llegar a un desenlace fatal si no se tratan adecuadamente.
A largo término tenemos las retinopatías, neuropatías, cataratas y uveítis, nefropatías.
Si tu peludo de edad avanzada sufre algún de estos síntomas, tienes que acudir al veterinario.